28 de marzo de 2007

Nada nuevo bajo el sol

Martes 27 de marzo, 21.30 horas, empieza en TVE el tan esperado "Tengo una pregunta para usted". 42 preguntas, 2 horas de espectáculo y todo lo que destacan los grandes medios es el chascarrillo del precio del café. En efecto, nada nuevo bajo el sol con el formato importado desde Francia. Tanto El País como El Mundo se suman a esta nota de sensacionalismo. El primero, en ardua defensa de Zapatero, dedica un reportaje a entrevistar Jesús Cerdán, autor de la ya famosa pregunta, y a explicar que en el Congreso el café cuesta 73 céntimos. ¿Poco interesante? El Mundo no se queda atrás: lleva todo el día dedicándose a recabar cuánto cuesta un café en diferentes puntos de la geografía española. Hasta el propio Cerdán ha declarado a El País que su pregunta fue "una anécdota que ha caído en terreno abonado" y que "los medios de comunicación le están dando un desmesurado protagonismo".



Afortunadamente, El País, El Mundo así como ABC, La Vanguardia y El Periódico de Catalunya se han hecho eco del resto de temas tratados (De Juana Chaos, ETA, vivienda, mujer, Irak...), probablemente más interesantes y relevantes que el precio del café en las instituciones públicas.

En cuanto al universo blog linkado a los medios, hay varias bitácoras que han elaborado su propia crónica del programa "Tengo una pregunta para usted". Ahí va el recuento:

Por El Mundo: El descodificador de Javier Pérez de Albéniz

Por ABC: Enciende y vámonos de Rosa Belmonte

El resto de la blogosfera también se ha afanado en reflejar la opinión popular. Introduciendo "Tengo una pregunta para usted" en Technorati, éste nos vomita la bonita cifra de 13.026 resultados y subiendo. No está mal para no haber transcurrido ni 24 horas. Entre ellos está Periodistas21, que considera que este formato "baja a la realidad" a los políticos; El Pito Doble, que opta (sabiamente) por buscarle la vuelta humorística al asunto; y otros muchos que dan su propia visión del programa: El blog salmón, Varias Veces, La Moqueta Verde y un largo etcétera. Cabe destacar que, de una manera o de otra, ya sea para entrar al trapo o para criticar la excesiva repercusión mediática, todos acaban hablando del dichoso café.

Así que prefiero terminar esta entrada con una reflexión distinta. Me pregunto de qué sirve realmente este programa, si es algo más que una nueva forma de dar espectáculo a las gentes y carnaza a los medios. Con preguntas acordadas, discursos aprendidos y probablemente un apuntador o varios escondidos en algún sitió del plató ¿aporta realmente esto algo más que no sea más carne al asador? ¿No es una nueva forma de campaña fuera del tiempo de campaña? ¿Va a cambiar algo? ¿Por qué no se dedican a decir menos cosas y a hacerlas realidad en vez de pasarse los días haciendose publicidad barata y engañosa?



















2 comentarios:

Peter Pánico dijo...

Dubis!! Me gusta la desinformación!

Estoy totalmente de acuerdo!

Un beso, arañita

orientafer.blogspot dijo...

Querida arañita:
Por los datos de tu perfil y en parte porque soy tu padre te reconozco como gente joven. Y ello es sinónimo de inconformismo, de descreímiento, de rebeldía, de desconfianza hacia el poder, de pesar que el poder está en todo sitios y tiene como principal y única función engañarnos arteramente. Esto explica tu posición ante el programa aunque fuerces hasta el extremo de la paranoia las sospechas de fraude. Pero no quiere ser esa mi reflexión. Para los que hemos sufrido los coletazos de la dictadura, en la que cualquier atisbo de interpelación al poder era cercenado con medidas que iban desde la condena al ostracismo social o profesional, a la cárcel o algo peor, la sola posibilidad de preguntar libremente a un lider político en directo y ante millones de personas nos seduce y nos parece una profundización en la democracia aunque solo sea en su aspecto formal (no menos importante pues tiene implicaciones éticas y estéticas de fondo). Por tanto, sin querer caer en la tentación de refregar a los de tu edad cosas que no habéis podido vivir, creo que tu comentario es algo frívolo al valorar como trivial y fraudulento un hecho que para muchos supone un avance en la democracia formal.